17 oct 2011

Erguido al cielo


"Qué pena no ser ave de paso, ni derrota de carta marina. Qué dulce ser el trapo blanco, henchido al viento del velero que alegre se encabrita.

Qué lento ser ciprés, viviendo erguido al cielo y saber que todo en este mundo necesita su tiempo.

Qué pena no ser ave de paso, ni proa que acuchilla siete mares, o relumbre del zarcillo de bella muchacha, que descalza baila por los parques...".


Fragmento de "Una tarde de sol", en: Para que no se duerman mis sentidos, de Manolo García (BMG, 2004)


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