1 feb 2010

Física y metafísica de los señores emplumados


“Entonces te nace una duda: ¿no será este el mismo pájaro que viste más temprano, fracturado, apagado, mudo para siempre? Aquel pájaro muerto te remite de un modo umbroso, difícil de explicar, a este ejemplar vivo. Sabes que eso va en contra de la causalidad. Lo lógico sería: primero vivo, luego muerto. Pero tu realidad es refractaria a toda lógica: primero lo viste muerto en la acera, y luego revoloteando y silbando un aria, como si nada. ¿Sabrán los pájaros en qué consiste la muerte? ¿Sabrán, como los perros amaestrados, hacerse los muertos? ¿Pueden los pájaros muertos aparecer como fantasmas? ¿Será que este pájaro resucitó porque profesa la fe cristiana? ¿Será una versión económica del Fénix? ¿Será que no estaba muerto, sino de parranda, y cuando lo viste sólo dormía la borrachera? ¿Será el mismo, apareciendo y desapareciendo por doquier, poniendo a prueba tu cordura, haciendo doble turno? ¿Y si hubiera un solo pájaro para toda la ciudad? Sí, un pájaro que adopta la forma de los pensamientos de quien lo contempla (como alguna vez lo fue un gato para Schrodinger y para Schopenhauer, quién sabe si el mismo gato). O un pájaro que se metamorfosea según el estado de ánimo de quien lo piensa. Un pájaro filósofo, para un filósofo aficionado… y paranoico”.

“Pájaros que evocan pájaros”, de Ana García Julio, en: Quince que cuentan. II Semana de la Nueva Narrativa Urbana. Ana Teresa Torres y Héctor Torres (comp.) (2006)


No hay comentarios: