6 ene 2011

Un cascarón roto



Es un accidente frecuente: pese a nuestras mejores intenciones, cuando estamos instalando el árbol (de Navidad, sí) o cuando lo estamos desmontando, alguno de los huevos se nos resbala de los dedos, precipitándose al vacío y... adiós alitas.

O si hay niños en casa, niños tremendos que creen que todo lo redondo rebota...

Por suerte, ahora los hacen irrompibles. Me refiero a los cascarones, sí. En Taiwan.

No hay comentarios: