12 mar 2011

Pájaro de mar por tierra


“Los albatros siguen durante días a los buques en alta mar, desafían a las tempestades, columpiándose sobre las olas; y cuando se cansan pueden dormir flotando incluso sobre mar arbolada. Sólo se acercan a tierra si se aproxima una tormenta, y entonces vuelan a gran altura, como si quisieran verla desde arriba. Son las aves marinas más corpulentas, muy fuertes, pero también cobardes o tal vez con escasa sociabilidad: huyen hasta de las gaviotas. Su pico es grueso y cortante, y termina en un gran garabato; en sus pies falta el pulgar. Su voz es parecida a un rebuzno.

Baudelaire tenía razón: un albatros en tierra, con su andar tambaleante y arrastrando las alas, da verdadera risa. Todos los marineros lo sabemos. Llama la atención la diferencia entre la torpeza de sus andares y su majestuosa elegancia en el aire. La envergadura de sus alas es enorme, de más de cuatro metros: sólo con extenderlas a favor de viento pueden levantar el vuelo. Sin embargo, tienen serias dificultades para aterrizar y suelen golpearse las alas. Se alimentan de calamares y de los desperdicios de los barcos. El albatros errante (Diomedea exulans) puede devorar peces de más de medio metro de longitud”.

“El albatros a pie”, en: Manual de literatura para caníbales, de Rafael Reig (Debate, 2006)

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